Florentino y el Diablo contrapuntean en Internet
Editorial Letralia publicó en septiembre de 1997, en conjunto con La BitBlioteca, la primera edición digital de Florentino y el Diablo, la obra cumbre del escritor venezolano Alberto Arvelo Torrealba. Hoy el sello de la revista literaria Letralia, Tierra de Letras, actualiza el diseño de esa edición e incorpora una versión en formato PDF de 34 páginas. Se puede acceder al libro gratuitamente enwww.letralia.com/ed_let.
El poema narra el enfrentamiento entre un coplero del Llano venezolano y un oscuro forastero que lo reta a batirse en un contrapunteo, una competencia tradicional en la que ambos contendientes deben hacer uso de sus mejores habilidades como poetas y como improvisadores. El retador termina siendo nada menos que el Diablo, pero finalmente el llanero Florentino, entre invocaciones de entidades divinas y el advenimiento del alba, lo derrota.
Grabado en 1965 con las voces de los reconocidos copleros Juan de los Santos Contreras, “el Carrao de Palmarito”, representando al Diablo, y José Romero Bello en el papel de Florentino, el poema cobró renombre y llegó a convertirse en fuente de otras obras en diversos formatos, como la Cantata criolla de Antonio Estévez o el largometraje del año 2000 dirigido por Michael New.
La primera versión de este poema, que recoge una vieja leyenda del Llano, fue publicada por Arvelo Torrealba (Barinas, 1905; Caracas, 1971) en 1940. Luego, en 1950 y 1957, publicaría dos nuevas versiones que ampliaban la original. La más conocida es la de 1950, que es la que ahora ha reeditado Editorial Letralia.
Docente, abogado, diplomático y escritor, Arvelo Torrealba ganó en 1966 el Premio Nacional de Literatura con Lazo Martí, vigencia en lejanía (1965). Publicó tambiénMúsica de cuatro (1928), Cantas (1932), Glosas al cancionero (1940) y Caminos que andan (1952), entre otros títulos.
Biografía
Alberto Arvelo Torrealba nació el 30 de septiembre de 1905 en Barinas. Murió el 28 de marzo de 1971 en Caracas. Poeta, abogado, político, diplomático, educador y ensayista.
En la Universidad Central de Venezuela obtuvo el grado de doctor en Ciencias Políticas (1935). Ejerció la docencia y desempeñó altos cargos públicos, entre ellos: Presidente del Consejo Técnico de Educación en 1940, gobernador del Estado Barinas entre 1941 y 1944, Consejero de la Embajada de Francia, Embajador Extraordinario de Venezuela en Bolivia (1952), Embajador en Italia, Ministro de Agricultura y Cría (1953). En 1968 fue elegido Individuo de Número de la Academia de la Lengua. En 1966 obtuvo el premio Nacional de Literatura, Mención Prosa, por su ensayo: Lazo Martí: vigencia en lejanía. Otras obras suyas fueron Música de cuatro (1928), Cantas (1932), Glosas al cancionero (1940), Florentino y el Diablo (1940/1957) y Caminos que andan (1952).
Tras una aparente y engañosa ubicación dentro del Criollismo y del Nativismo, Alberto Arvelo Torrealba nos ofrece una poesía de gran fuerza lírica y épica, a la cual no son ajenas las reflexiones filosóficas y existenciales, aunque sin disminuir ni enajenar la intensidad estética. La gran popularidad de sus versos se explica por los temas sacados de la vida y del paisaje cotidiano del habitante de las llanuras venezolanas, y por el uso de formas métricas y estróficas de atractiva sonoridad y de larga tradición popular, heredada de nuestro pasado hispánico: el octosílabo, la copla, la décima o espinela, el romance… Pero sus imágenes son muchas veces herméticas, producto de una elaboración poética rica y compleja, con los recursos de una vasta cultura.
Sus versos, además, responden a una vocación profundamente humana y universal. Un profundo contenido reflexivo, netamente existencial, que universaliza la angustia del poeta ante el mundo y la vida, y la expresión estética ricamente elaborada, trasvasada en imágenes de la más variada especie, aun sin dejar de apoyarse en un lenguaje a veces, pero no siempre, típicamente popular, y muy frecuentemente traducida en imágenes herméticas, cuya forma popular esconde la dificultad para captar plenamente su sentido. La riqueza creadora de Arvelo Torrealba es tal, en efecto, que es frecuente encontrar décimas, por ejemplo, en las cuales prácticamente todos sus versos contienen imágenes de hermosísima factura, aunque a menudo de difícil comprensión.
La calificación de Arvelo Torrealba como «poeta nativista» nos parece hoy bastante discutible. No porque en su poesía no se cante, efectivamente, al paisaje y, en general, a la naturaleza venezolana, sino porque al lado de esto hay también en sus versos otros elementos, a nuestro juicio más importantes y definitorios, pero que la utilización, casi excluyente, del verso octosílabo, la cuarteta y otros recursos característicos de la poesía popular dominante en los llanos venezolanos, ha hecho que aquellos elementos pasen un tanto inadvertidos, incluso para críticos generalmente muy sagaces.
Alexis Márquez Rodríguez.
Tomado de Obra poética. Monte Ávila Editores. Caracas – Venezuela, 1999.